miércoles, 17 de febrero de 2010

Y seguimos con cuestiones léxicas

Es curioso cómo relacionamos las palabras que vemos con nuestro imaginario colectivo.

En Grecia, la primera vez que subí en el metro tuve que pasar por una estación de metro, que más tarde recorrería cada día un par de veces, cuyo nombre me hacía pensar un maño ofreciéndome unos Karamelicos con una amplia sonrisa y la mano extendida. El caso es que la estación se llama: “Kerameikos”.



Qué os voy a contar de “Moschato” que me generaba en la cabeza una clara imagen de un hombre con un mostacho enorme de esos que elevan sin ningún complejo hacia las cuencas de los ojos, pero manteniéndose rígidos a una prudencial distancia. Aunque en este caso el Moscato, delicioso vino dulce, también hacía acto de presencia en mi cabeza. Esto era en función del momento del día en que pasara por la estación en cuestión.

Y en Turquía me bajaba muchas veces en “Eminönu” que cuando lo decía me entraban ganas de sonreír y mover la cabeza de un lado a otro (como hacen los indios y nepalís a modo de saludo y otras cien cosas más). Es decir, oreja con hombro y lo mismo del otro lado y además de manera consecutiva y bastante rápida. Y claro con cierta gracia y sonriendo al mismo tiempo -bueno, esto en función de la intención del hablante-. Probadlo y veréis cómo parece que el cerebro se os mueve dentro y mientras experimentáis esta sensación y el mareo consecuente, sonreíd. O bien decidid qué es lo que queréis transmitir e intentad que se entienda. Os juro que es muy interesante.

Pero bueno, volviendo al tema, que a mí se me llenaba la boca con la palabra en cuestión: eminounui porque la u es parecida a la francesa. Y me hacía mucha gracia.

Ahora me bajo casi siempre del tren en Tel Aviv Arlozorov (pronunciado aglosogov) que, si lo buscáis, no es una parada de tren si no como se conoce de manera casual a la tercera parada dentro de Tel Aviv. Bien, malentendidos aparte, a mí a lo que me recuerda es al Strogonov, plato con el que nos deleitó mi amiga brasileña Vanessa en una fiestecilla sambera que hicimos en casa y que además, no es un plato brasileño sino ruso. Curioso, eh?

Qué cosas, oye tú. Será que en España no tenemos nombres curiosos para las paradas de metro. Véase “Pitis”, que no quiero aludir con demasiada claridad a la cantidad de imágenes que me vienen a la cabeza. O “Selva de Mar” que junto con “Mar de Cristal” luchan por posicionarse entre los más poéticos o... bueno, los más algo, seguro.

Así que nada, ahí os dejo, si descubrís alguno más curioso, please, el blog es todo vuestro!

2 comentarios:

  1. de turquia recuerdo que cuando hacias el turita encontrabas un monton de letreros que decian

    guiris

    junto con una flecha y en alguna ocasion una palabra en ingles : exit. asi que nosotros teniamos claro que esa era la salida de turistas. lo que nunca encontramos fue la salida para los turcos

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  2. Jajajajaja
    Sí eso también lo vi y nunca llegué a preguntar qué significaba si alguien lo sabe y se anima, que lo diga y nos saque de dudas ;)

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